LOS BURROS, NUESTROS AMIGOS
Los animales son la base de nuestra empresa y nos comprometemos a protegerlos por todos los medios.
Nosotros trabajamos exclusivamente y en confianza con un amigo, productor de leche de burra, del Sudoeste de Francia. Su criadero de burros, ubicado en pleno campo en Gers, es una pequeña explotación de 8,5 ha y cuenta con la certificación de Agricultura Biológica de Ecocert Francia. Además, es un centro para la protección y rehabilitación de los burros de los Pirineos, una raza local que cuenta con pocos ejemplares. Los animales, una docena, permanecen al aire libre todo el año y tienen la posibilidad de cobijarse en una cabaña. Su alimentación es totalmente natural: hierbas, heno y cebada. De esta forma, los borriquillos participan de la protección de la raza del burro de los Pirineos, una raza local muy maltratada en el pasado.
La producción de la leche de burra es extremadamente complicada, lo que hace de ella un producto escaso. Como en todos los mamíferos, la lactancia inicia con el nacimiento del pequeño. Sin embargo, este animal solo cuenta con dos ubres y no puede almacenar leche; por ello el ordeño se debe realizar, por lo general, tres veces al día para obtener entre 1,5 litros y 2 litros de leche. Además, el ordeño se realiza durante 4 o 5 meses solamente puesto que durante dos meses la leche se destina únicamente al borriquillo. En comparación, una vaca da en promedio 30 litros todo el año. Por otro lado, el ordeño se realiza de forma manual y la presencia de la cría es necesaria sino el animal no produce leche. Así, la lactancia se produce por la secreción de una hormona, la oxitocina, provocada por la estimulación del borriquillo.
Esta actividad dista de ser una crianza intensiva y todos los productores trabajan de manera artesanal y razonable; respetando siempre al animal. Además, el animal continúa alimentando a su cría durante todo el período de ordeño y poco a poco el borriquillo irá diversificando su alimentación.
En nuestro criadero de burros, el ordeño se realiza siguiendo un protocolo muy riguroso para garantizar una higiene óptima y cumplir con los criterios de la Agricultura Biológica. El ordeño se realiza en un lugar tranquilo y seguro, en condiciones que respeten a las burras y a sus crías. Luego de dos filtraciones, la leche se acondiciona en recipientes estériles y posteriormente se almacena en un congelador.